viernes, 25 de diciembre de 2009

Oración navideña

Quisiera desearles en esas Navidades muchas bendiciones y por sobre todas las cosas, que la Paz y la dicha llene vuestros hogares.

Esta fiestas son particularmente duras para aquellos ancianos que de alguna forma u otra han sido dejados de lado por sus respectivas familias. No necesariamente tienen que estar desamparados o sin hogar, basta que simplemente no lo integren al núcleo familiar.

Es oportuno recordar que, existe un elevado número de familias ecuatorianas con adultos mayores y consecuentemente deben de ser parte importante de las actividades familiares. No debemos dejarlos de lado en nuestras fiestas, en estas fechas menos que en ninguna otra.

Fugavi hará un pequeño festejo navideño para las personas de Tres Postes y sus alrededores, pero que no se comparará nunca, al amor y afecto que las familias pueden brindar a sus ancianos.

Quisiera compartir con ustedes, la columna de Bernard Fougéres "Oración Navideña", publicada en el diario El Universo el día 20 de diciembre del año en curso (http://www.eluniverso.com/2009/12/20/1/1363/oracion-navidena.html?p=1363A&m=575):

Es motivo de profunda reflexión.

"Si algún día fallo en una cita dominical contigo, espérame, dame tiempo. No sé si estás en el cielo: ubicación relativa, horizonte celeste o nublado, de pronto lluvioso. El universo infinito no cabe en mi mente. Soy partícula imperceptible al lado de la cual un grano de arena es inmenso. Si soy criatura tuya procreada con amor, que se haga tu voluntad donde sea, no puedes equivocarte. Recibí el pan de cada día, siempre perdono sin tener ningún mérito mas no siempre me liberé del mal, caí en muchas tentaciones.

"Consciente de mis errores cuando sin querer lastimé, herí, olvidé, te pido perdón. Por aquellos instantes en que fui sobrado, inconsciente, egoísta reciba mis disculpas. Soy unser limitado capaz de equivocar el camino, perder el norte.

"Cuando sangra mi corazón, se incendia de dolor mi alma, dame la fuerza necesaria para aceptarlo como prueba. Si se murió la mujer que creí eterna, no dejes que te lo reproche. Cuando la felicidad se desvanece como el humo de aquel cigarrillo que no se puede compartir, la copa de vino abandonada en una mesa, dame el coraje indispensable para no derrumbarme. No dejes que me invadan deseos de huir para siempre como aquella vez. En Navidad te buscaré en criaturas tuyas, también solitarias, en cualquier barrio, tal vez en Solca.

"Otórgame el don más preciado que puedes proporcionar a los humanos: la facultad de perdonar, borrar, enderezar, eliminar las abolladuras. Ayúdame a encontrar las palabras justas para quienes llegan siempre a mí en pos de un consejo, un consuelo. No permitas nunca que juzgue a nadie por más que duela el mal que me hagan, la pena que me causen, el dolor que me disparen.

"Conserva intacta la ternura que me obsequiaste, sin mérito de mi parte. Sellaste mi alma de niño con aquella sensibilidad que permite palpar el dolor ajeno. Enséñame a amar mejor en vez de amar más, a darlo todo en cambio de nada. Réstame todo lo que quieras pero no me quites la esperanza.

"Ayúdame a aceptar lo que aún no logro comprender. No puedo meterme en el corazón de todos los seres por más que lo intente.

"Si me río, alégrate conmigo, si lloro hasta agotar mis reservas de congoja, agarra mi mano, no me sueltes en el filo del abismo. A veces falta tan poco para que me resbale para siempre. Tú que sabes de paciencia, de sapiencia, siéntate a mi lado, explícame sin palabras, tan solo con mirarme, todas aquellas cosas que veo y no logro aceptar: la muerte de los niños en África, en Solca, en Afganistán, en cualquier parte, la matanza de los inocentes tan perfeccionada desde la muerte de Herodes hasta el derrumbe de las Torres Gemelas, las múltiples técnicas de la tortura.

"Quizás algún día tenga las agallas necesarias para comulgar contigo; todavía disto mucho de ser digno de aquello. Sácame pronto de aquellas arenas movedizas. Agárrame de la mano no me dejes ir. Toma mis certezas provisionales, conviértelas en convicciones. En Navidad nos duele más la pobreza pues asoma la nariz en pleno centro, en las carreteras, por doquiera."
 

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